CERTIFICADO ENERGÉTICO EN BARRIO DE CHAMBERI EN MADRID

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La vivienda en
el edificio situado en la calle Blasco de Garay, en el céntrico barrio de
Madrid de Chamberi, requería del Certificado de Eficiencia Energética ya que sus
propietarios lo querían alquilar. 


Se trata de un 6 piso, colindando de espacios
habitables tanto 
hacia abajo, arriba y
a
  los lados.



La vivienda data
de Octubre de 1975, según escrituras facilitadas por el propietario, es decir
proyectado con la normativa anterior al NBE-CT-79, pero el catastro indica el
año 1983, año en el que se terminaría de construir, con lo que se produce una
inconcluencia de fechas, que tuvimos en cuenta en las observaciones del
técnico, de todas formas se utilizó para la certificación
el año de la escritura de 1975.





La vivienda con
una superficie útil de 40,2m2 y 47m2 construidos, extraída tras medición del
inmueble y delineación de planos, y comprobada su concordancia con las
escrituras de la vivienda, cuenta con una entrada que da paso a una pequeña
cocina y un salón-comedor, una habitación y un baño. La cocina y el baño dan a
un pequeño patio interior con orientación Oeste, por el contrario tanto el
salón como la habitación tienen orientación este y dan también a un patio
interior grande.

A pesar de ser
una vivienda interior, es un piso que posee mucha luz por los grandes
ventanales de 2,5m2 de superficie de vidrio. Ello favorece a las pérdidas de
calor, puesto que se trata de vidrios simples de 4mm con carpintería metálica
sin rotura de puente térmico.
Además bajo las
ventanas, en todos los muros menos en el del baño, hay una hornacina para
radiador, lo cual produce un puente térmico importante.

A pesar de ser
un edificio antiguo, su cerramiento es moderno para la época, un cerramiento
compuesto por dos hojas de ladrillo con una cámara de aire de 2 cm y otros 2 cm
de aislamiento térmico, datos obtenidos de la inspección del inmueble.

El edificio
cuenta con calefacción central y acs  central con una caldera estándar a
gasóleo-c, antigua y sin aislamiento, lo cual también afectó negativamente a la
calificación.



Las emisiones anuales están en 97,63 Kg de CO2
por m2, lo cual proporciona a la vivienda una calificación de G. En todo caso,
no dejamos de explicar a nuestros clientes que dicha calificación es muy
coherente con el periodo de construcción del edificio, donde no solo no se
tenía en cuenta la eficiencia energética en la construcción sino que primaba
los precios económicos en la construcción, lo cual genera ahora dichos
resultados.

PROPUESTA DE MEJORAS

Observamos que
actuando en los huecos, sustituyendo las ventanas por unas más eficientes, e
instalando una caldera de biomasa central para todo el edificio, la
calificación asciende a una C.




En cambiando
actuando solo en la envolvente, añadiendo un trasdosado interior y tratando los
puentes térmicos sin cambiar la caldera obtenemos una calificación D.


Si optáramos por
 
incorporar las 3 medidas, sustitución de
ventanas, tratamiento de puentes térmicos y fachada
  cambio de instalaciones, seguimos obteniendo
la calificación C pero en este caso la demanda de calefacción se reduce
considerablemente respecto a la primera medida en cambio
  la calificación final a penas varia respeto a
la primera.





Observamos que todas
las medidas salen rentables, puesto que el VAN teórico sale positivo, y
fijándonos en los años de amortización, la segunda mediada sería la adecuada ya
que  se tardarían 10 años para amortizar
la inversión.



Fuente: Laura Gáez Mosquera


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